lunes, 29 de enero de 2018

Todo sobre la Luna en Perigeo 31 de Enero

La Luna: ni azul, ni roja, ni “súper”, (“inmensa”); en perigeo y un eclipse que no veremos.
Este miércoles 31, será Luna llena casi al mismo tiempo que su perigeo, punto de la órbita lunar más cercano a la Tierra, por lo que podríamos decir que, técnicamente, es más “grande” por estar más “cerca”, aunque en la práctica muy poco notorio, sólo es hasta un máximo de un 14% más grande, pese a que la mayoría de la gente al verla salir afirma que la vió “inmensa”, tratándose esto, de un mero efecto visual.



Lo mismo ocurre, para los conocedores, con las constelaciones las que parecen mucho más grandes cuando están próximas al horizonte.

Pueden hacer la prueba observando a Orión (“las Tres Marías”) o Escorpio, el escorpión.
Lo que sí tal vez sea más fácil de notar es su brillo o luminosidad, ya que puede aumentar hasta un 30%.
Por razones de mecánica celeste este mes de enero tendremos dos Lunas llenas, el día 1º y otra el día 31.
Nada extraño, si tenemos en cuenta que los meses tienen entre 30 y 31 días, mientras que una lunación, es decir, de una fase -por ejemplo de una llena a otra- le demanda 29 días y medio, por lo que la reiteración de cualquier fase dentro de un mes calendario es muy factible.

La Luna “azul”
A esta segunda Luna llena se le llama popularmente “Luna azul”, aparentemente originado en una expresión coloquial en Estados Unidos, para algo imposible o poco probable, “…el día de la Luna azul”, lo que no significa de ningún modo que tome esa coloración.

Por esas coincidencias numéricas y astronómicas, ambas lunas llenas se producirán con pocas horas de diferencia al perigeo, por lo que podría decirse que las dos serán “grandes” pero la del día 1º fue más “grande” por estar ligeramente más cercana a la Tierra que la de este miércoles 31.

Aunque no aunado a las coincidencias con el perigeo, en el mes de marzo también habrá dos lunas llenas. Las Lunas llenas “azules” se dan en promedio cada 2 años y medio.

¿Dónde está lo “extraordinario” que anuncian?
Lo que se difunde como un “hecho que no se da hace 152 años y no se reiterará hasta el 2028” es que coincidan las tres cosas: Luna llena en perigeo, la segunda llena de un mismo mes y un eclipse de Luna.

Lamentablemente un eclipse, no visible para esta parte del globo. En realidad podrán verlo completo justo al otro lado del mundo, nosotros, debemos aguardar al 27 de julio de este año, para ver un eclipse total de Luna, aunque no completo, porque la Luna saldrá ya totalmente eclipsada, regalándonos un bello espectáculo sobre el mar, y el 15 de febrero habrá un eclipse parcial de Sol, incompleto para nosotros, en que la Luna llegará cubrir muy poco el disco solar ya ocultándose sobre el horizonte Oeste.



Actividades Achernar
Pero este miércoles, si el tiempo nos lo permite, nos reuniremos para compartir la salida de la Luna llena sobre el mar y luego observarla por telescopios, con los comentarios y explicaciones habituales, en una actividad libre y gratuita para compartir en familia desde las 20 hs, en la plazoleta de las Américas, altura Puente A. Illia.
(Se suspende en caso de mal tiempo)


Por más información o consultas: www.facebook.com/achernardifusiondelaastronomia

martes, 16 de enero de 2018

Memorias de un cometa espectacular: McNaught

Por estos días se cumplen 11 años de su perihelio (punto más cercano al Sol) y perigeo (punto más cercano a la Tierra)



Por Claudia C. Pérez Ferrer
Directora de Achernar

¿Quién no recuerda el espectacular paso del Gran cometa del 2007? Familiarmente, el
“McNaught”.

Espectacular por dónde se lo mirara, indudablemente, quedará en la historia de la astronomía y grabado en la mente de todos quienes lo observamos y disfrutamos.

Dado su órbita, que lo trajo “desde arriba” del Sistema Solar para pegar la vuelta al Sol por los cielos del Sur para luego continuar su órbita nuevamente “ascendente”, leíamos los comentarios de los aficionados y reportes de profesionales que lo observaban incluso a plena luz del día, y aguardábamos ansiosos -y temerosos- su perihelio del día 12 de enero para comenzar a observarlo desde las latitudes sur.

¿Por qué el temor?
Porque los cometas, algunas veces, por no decir muchas, al acercarse al Sol en su perihelio, no resisten los cambios de temperatura y se fragmentan, llegando incluso, a desintegrarse y ¡no queríamos eso!

Por suerte el cometa sobrevivió a su paso cercano al Sol, y ya en el atardecer del día siguiente, con extremo, muchísimo, cuidado y la ayuda de unos viejos prismáticos, pudimos observarlo a muy escasa distancia visual del Sol durante el ocaso.

¡Qué inmensa alegría!
Recuerdo que tuve que ir hasta la calle de la esquina de mi casa y desde allí, prácticamente el medio de la calle para esquivar las copas de los árboles, pude verlo.

Había algunas nubes finas, las que no empañaron el espectáculo ni mi incredulidad.

Desde ya, que al día siguiente, nuevamente estaba yo firme, casi en medio de la calle con mis prismáticos viendo al cometa y notando cómo iba desarrollando su “cola” a comparación del día anterior y alcanzaba su máximo brillo, el que llegó a magnitud -6 el día 14, por lo que se distinguía perfectamente a simple vista.


El entusiasmo, comentarios, intercambio de información, relatos y descripciones iba en aumento en los grupos y foros de astronomía, aunque algunos melancólicos decían que el “Ikeya-Seky fue mejor porque la cola era más larga” (1965) o el West (1976) “que lo veían de día”. A pocos nos importó eso. Éste, lo estábamos viendo aquí, hoy, ahora… y tuvo una magnitud que ninguno de los otros alcanzó.

El cometa, día a día, se fue desplazando hacia el Sur (izquierda según nuestra visión y perspectiva) por lo que tuve que cambiar el punto de observación e ir hacia la calle de detrás de mi casa, ya que desde allí bajan los terrenos justamente hacia el Sur, lo que me dejaba el horizonte despejado y el cometa lucía cada vez una cola más extensa, (llegó a los 30º de longitud) que se ensanchaba producto de la presión del viento y radiación solar, a la vez que se marcaban “líneas”.

Parecía un decorado o parte de una pintura “colgado” sobre las copas de los árboles…

Demás está decir, que invité y llevé a toda mi familia a observarlo. Creo que hasta algún perro me acompañó a las observaciones. Hubo un par de notas en los medios tratando de que la gente lo observase en el difícil momento de dispersión mental de las “vacaciones de verano” ¡No queríamos que se lo perdieran!

Toda tarde que estuviese despejada, iba a mirarlo
Me maravillaba verlo. Incrédula de haber tenido al oportunidad de observar algo así, disfrutaba viendo las tonalidades doradas que tomaba al ir bajando en el horizonte con la puesta de Sol.

Solían acompañarme algunas de mis, por entonces, pequeñas sobrinas y armábamos competencias a ver quién lo veía primero en el aún claro cielo, ya que diariamente iba desplazándose.

Llegó un momento, en que se veía desde una estratégica y alta ventana de mi casa, por lo que luego de observarlo fuera… lo espiaba desde dentro.

Aunque cueste creerlo, no pude tomarle ni una fotografía ya que no tenia cámara, pero sus imágenes han quedado grabadas para siempre, junto a los sonidos, aromas y anécdotas, de este “Gran Cometa del 2007” el McNaught 2006 P1…

miércoles, 3 de enero de 2018

"Luna llena más grande" 1/01/2018 Mar del Plata (Actividades Achernar)

Agradecemos a tantas personas que pasaron y que, observaron junto a nosotros la salida de la Luna.

Aunque es cierto que, la luna se vio mucho más tarde por causa de alguna capa de bruma sobre el horizonte, pudimos apreciarla y compartir este momento de observación.

La "Luna llena más grande del año" es una excusa para verla salir sobre el mar, a veces tan olvidada por la rutina diaria.

La denominación correcta es: "Luna llena en perigeo extremo"